La sorpresa de un público ante la separación digital.

El pasado 9 de mayo Miguel Ángel Salvador, fundador del proyecto, estuvo presente en la presentación de este trabajo; presentación que inmensamente sorprendió a todos los presentes sin excepción. Tanto el público, adultos y también niños, como los protagonistas del evento experimentaron una profunda conexión con las ideas que se transmitieron. Durante esa tarde todos pudimos vernos reflejados ante algunos ojos llorosos, colmados de emoción y entusiasmo por la humanidad y honestidad que sostenían cada discurso, palabra y gesto. También brillaban sonrisas por doquier.

Papanú te devuelve a la infancia.

El amplio público que visitó a Papanú se reencontró con una esencia que creían olvidada y que aún vive en el interior de cada uno. Así es como lo expresaron algunos de los espectadores, que acabaron abrazando con enorme alegría a Daniel Zueras y todos los participantes del proyecto.

Desde dentro, pudimos observar y recordar quién es Papanú, su verdadero legado en este mundo tecnologizado. Vimos que, sean cuales sean las circunstancias y obstáculos que se presenten en el camino, Papanú es la única figura (o de las pocas que quedan) que verdaderamente mira a los ojos a las personas, conecta con ellas y deja una huella y un recuerdo imborrables. No solo se trata de un grupo de música infantil; esta es la denominación común para hacerle referencia, sino que hablamos de una organización que verdaderamente cree en su propósito. A las pruebas me remito. En un mundo tecnologizado, Papanú abre un enorme campo donde las personas pueden sentirse plenamente humanas o “en familia”, tal y como afirmaron los padres de una pequeña tras la presentación.

La política también llega a la infancia.

La mayor verdad de todo esto es que Papanú siempre ha llevado consigo esta esencia. Es su núcleo de vida, su razón de ser. Capaz de emocionar y contectar con cientos, con miles, con cientos de miles al mismo tiempo. Papanú lo hizo en el año 2012, también en el año 2023. Una vez más, su capacidad para abrigar corazones es irrefutable. Pero esta vez es distinto, dado el contexto sociocultural en que vivimos, dada la impaciencia y la inmediatez en la que estamos educados; esta vez, aquello de lo que profundamente nos habla Papanú, comienza a tornarse en una necesidad humana.

Y por supuesto, un inexplicable y enorme agradecimiento hacia este reflejo que es el mundo y que nos ha podido mostrar, de nuevo, la verdadera esencia de Papanú.